Durante los pasados días hemos vivido la más reñida fase de Grupos de la historia de la Liga de la Tortilla. Unos partidos muy disputados, de alto nivel en su inmensa mayoría, que muestran el magnífico momento por el que atraviesan las tortillas zaragozanas. fase en la que se ha impuesto
Se ha impuesto el buen juego, con gran deportividad −apenas una tarjeta amarilla y por cuestiones menores− y recompensa por los que han apostado por el ataque desde el primer minuto del partido.
El grupo A ha cubierto las previsiones, con su cabeza de serie, Cabuchico, como primer clasificado; no en balde es el único bicampeón de la Liga de la Tortilla, del que se presume que llegará a la gran final. Junto a él se clasifica un debutante del barrio de las Delicias, la Brasa de Andrés, en la avenida de Madrid, que viene con fuerza gracias a sus refuerzos foráneos. No siguen en la Liga los debutantes El Caballo Blanco, que sufre las obras de la plaza San Miguel, a pesar de lo cual es conveniente acercarse a ver cómo juega y Mercado Puerta Cinegia, que ha sostenido sus partidos, pero ha caído ante un juego más tradicional.
El renovado equipo de Don Policarpo mantiene la calidad de la alineación anterior −subcampeona en 2016 y 2017− y pasa primero a los octavos de final desde el Grupo B, seguido de un peculiar debutante en la Liga, el Club de Empleados del Banco de Santander, que logra un holgado segundo puesto; un equipo poco conocido que probablemente llegará muy lejos. En este reñido grupo debutaban Kentya, El Cocinero de Miralbueno y Verdechulo −con un equipo totalmente renovado−, ofreciendo unas tortillas que son dignas de consideración por parte de los aficionados.
Con autoridad se ha impuesto Cadillac en el Grupo C, un veterano que ha reforzafo notablemente su juego atacante. El veterano Bar-Vas, que lleva participando en la Liga de la Tortilla desde 2017 ha empatado a puntos con los debutantes Morrofino y Castiza, pero el golaveraje ha mandado, y será Morrofino, en el Actur, quien pase a octavos de final. Son de Luz tuvo que retirarse por lesión.
Uno de los finalistas de 2018 se ha impuesto en el Grupo E, Santa Fé, en el barrio de Torrero, un clásico del juego táctico. Por su parte, Bar de tod@s y El Truco han empatado a puntos, imponiéndose el segundo gracias al golaveraje; la estrategia de la arriesgada tortilla individual le ha salido bien al mago. Y esta fase ha servido para poner en el mapa tortillista a Bar de tod@s, tradicional establecimiento que comparte el pincho con su menú del día. Digna participación de Boulevardier, que estrena estadio en la calle Francisco Vitoria, uno de los pocos donde se puede tomar tortilla de patata con un dry Martini, toda una experiencia.
El Grupo F se ha convertido en de la muerte. Ha ganado La Bocca, que ya fuera finalista en 2018, levemente destacado sobre La Romareda, que por primera vez en sus tres años de Liga de la Tortilla consigue un merecido pase a la siguiente ronda. Eso sí, por apenas un punto más que los tres restantes, totalmente igualados. Que son el especialista en cocina tradicional, El Candelas, en Las Fuentes; De Rechupete, en Gómez Laguna, con una jugosa tortilla, y el debutante Semana Fantástica, tan vinculado al mundo del fútbol, que en breve dará mucho juego con su tortilla.
Un clásico de la Liga, La Viña, que fue finalista en 2019 y lleva ya cinco campeonatos a sus espaldas, se ha clasificado como primero del Grupo G. Junto a él, un debutante, tanto en la Liga como en la propia ciudad de Zaragoza, Extrem, ha logrado con su juego colaborativo el segundo puesto del grupo. Con un juego muy regular y espectacular en ocasiones, La Junquera no ha superado esta fase. Por lesiones, Neutro Tapas tuvo que abandonar la competición, en la que ofrecía una singular tortilla de patata individual.
De forma rotunda, Zeppelin −habitual en la Liga desde 2018 y finalista en 2019 y 2021− se ha impuesto en el Grupo H. Tras él, un debutante El Cocinero de Goya, equipo ubicado en Parque Goya que ha entrado en la Liga con mucha fuerza. Nómada, en la plaza san Francisco, Doña Tapa, en el Coso cerca de la plaza España, y la Bocaería Milo, en Sagasta, han defendido con dignidad sus colores, pero tendrán que esperar a otra liga para tratar de llegar a octavos.
