Seleccionar página

La Liga de la Tortilla se encuentra al rojo vivo. A mitad de octavos de final todo sigue abierto, cualquiera puede ganar, pero se adivinan tendencias a tenor de los partidos celebrados hasta la fecha.

En el segundo grupo el duelo entre Don Policarpo, que estrena alineación, y La Brasa de Andrés, que atesora veteranía, aparece como el más disputado, con empate a goles en el descanso del partido. El juego esponjoso de La Brasa de Andres resiste los embates de un joven equipo, que ha aprendido todo del juego de Manuela Tena, ya retirada de los campos de juego, donde llegó a ser subcampeona en las temporada 2016 y 2017.

Diferente es la situación entre Santa Fe y La Romareda. El equipo de Torrero, reforzado con jugadores foráneos, que llegó a la final en 2018, se está viendo oscurecido por el juego de La Romareda, totalmente reforzado, que nunca había superado la primera fase. Sin embargo, los de Torrero, reputados tortillistas, no cejan en su empeño por alcanzar la portería contraria. Si logran cambiar el ritmo del partido, como parece verse al inicio de la segunda parte, los árbitros tendrán muy difícil decidir el ganador del encuentro.

 

El juego individual de Casa Arriazu resiste al colectivo de Morrofino. Foto: Gabi Orte Chilindrón.

Por su parte, intensa emoción en el partido entre Casa Arriazu y Morrofino, un duelo que nunca se había producido. El juego más individual de Arriazu resiste bien los embates más compactos de los de la margen izquierda. ¿Genio individual, goles inverosímiles, o trabajo de equipo y disciplina? La polémica está servida.

Situación parecida en el enfrentamiento entre La Bocca y El Truco, que también se da pro primera vez. Juego colectivo, sin destacados jugadores en el primero, mientras que el segundo juega con espíritu brasileiro, confiando en sus golpes geniales, como presentar su tortilla en formato individual. Dos conceptos de juego radicalmente diferentes, que llegan empatados al descanso.

Muy igualado se presenta también el partido entre Cadillac y + Albarracín. Habituales en la liga ambos equipos, nunca se había enfrentado entre sí. Con presupuestos muy igualados y un nivel de juego similar, la balanza puede inclinarse hacia cualquier lado; una pica de sal puede bastar para decantar el partido. Habrá que esperar otros 45 minutos, y quizá la prórroga, para comprobarlo.

 

Extrem apuesta por el juego colectivo frente a un favorito, Zeppelin. Foto: Gabi Orte Chilindrón.