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Cabuchico, + Albarracín, La Romareda y Zeppelin son los finalistas de esta VII Liga de la Tortilla, pues se han impuesto a sus rivales Don Policarpo, Casa Arriazu, La Bocca y La Viña en una fase de cuartos que pasará a la historia de la Liga por su emoción e intensidad.

En breve publicaremos el día y fecha de la celebración de Final Four, en el CC El Caracol, con varias novedades, pero siempre abierta al público.

 

La veteranía y el juego creativo de Cabuchico −doble campeón, no se olvide− acabó imponiéndose al renovado Don Policarpo, que participó en las dos primeras ligas, para descansar en la siguientes. Con muchas ganas, en la primera parte se vio anulado por el equipo de Las Fuentes, muy crecido en la que puede que sea su última temporada con esta alineación, que llegó a obtener tres goles de renta. Pero los del Coso, quizá debido a su mayor poderío físico, lograron empatar en los primeros compases de juego tras el descanso.

Cabuchico no se amilanó, sacó fuerzas de flanqueza −sufrió algunas lesiones recientemente− y consiguió imponerse por un gol, Emoción en el campo, con triunfo final de la experiencia.

 

No menos emoción en el partido entre + Albarracín y Casa Arriazu, que ya se habían enfrentado en 2019, con victoria clara para Arriazu. No ha sido así en esta séptima, pues se llegó al final del partido con un empate a tres, tras varias alternativas en el marcador. En la prórroga se impuso el poderío físico de los de la plaza del Carmen −sin duda, la patata agria y la cebolla de Fuentes ayudan−; El juego más creativo, confiando en geniales jugadas individuales de Casa Arriazu, cayó ante la sólidez del esquema en rombo de +Albarracín. Cabría que destacar la deportividad de ambos equipos, que entienden perfectamente la mecánica del juego.

La estadísitica marca que los de la calle Gil de Jasa acaban enfrentándose con los favoritos de cada año, como ocurrió antaño con El Olivo y Zeppelin. ¿Será el caso de esta Liga?

 

 

La Romareda. Foto: Gabi Orte Chilindrón.

Otro veterano que ha participado en todas las ediciones de la Liga, La Bocca cambió radicalmente el once inicial para afontar los cuartos, quizá confiado en la comodidad con que superó los octavos y en la solidez de su planteamiento táctico, donde prima lo colectivo frente a las figuras.

Pero La Romareda sale siempre con fuerza y decisión, al ataque, como aquel Real Zaragoza que ganó la recopa. Sus jugadas arriesgadas, el ansía por ver vibrar la red de la portería contraria, materializaron un explícito 5-2, que le garantiza, por primera vez, su paso a la final. Su afán por el triunfo y un buen análisis del juego del contrario, compensan las experiencias pasadas, en las que nunca superó la primera ronda.

 

 

Zeppelin. Foto: Gabi Orte Chilindrón.

Duelo de finalistas, que se ha decantado por el más veterano, Zeppelin, participante desde 2018 y dos veces finalista. Por su parte, La Viña lleva jugando desde una edición más, alcanzando la final en una ocasión. Dos conceptos de juego relacionados, buscando la fluidez en el movimiento del esférico, con excelentes jugadores procedentes de la plantilla, que buscan el primer toque, dentro de una estrategia bien pergeñada.

El dominio de las bandas por parte de Zeppelin ha podido más que la posesión del balón por parte de los del entorno de la plaza San Francisco. Eso sí, el resultado 5 a 2 no refleja la igualdad del encuentro. La mayor querencia del balón por parte de los jugadores de La Viña, se ha visto superada por los lanzamientos desde las bandas, cinco de los cuales han superado al portero contrario.